Juncker designó en 2016 al eslovaco Jan Figel, relacionado con el sector ultracristiano europeo, como el primer enviado especial para la promoción de la libertad religiosa o de credo fuera de la UE.
Las veces que Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, se ha reunido con el papa Francisco pueden contarse con los dedos de una mano. El primer encuentro ocurrió en 2014, cuando el Sumo Pontífice decidió visitar el Parlamento Europeo de Estrasburgo y recordar a los europeos sus raíces cristianas. Tras hablar de paz y dignidad humana, Francisco resaltó “las numerosas injusticias y persecuciones que sufren cotidianamente las minorías religiosas, y particularmente cristianas”. Secundaba, de esta manera, una aspiración de largo recorrido de la Iglesia católica: que Europa combatiese la persecución de minorías religiosas fuera de la Unión.
El turno del mandatario europeo de trasladarse al Vaticano llegó dos años después, el 6 de mayo de 2016, para la entrega del Premio Carlomagno (uno de los galardones alemanes más antiguos, que distingue a personalidades europeas) al Papa argentino. Aprovechando la ocasión, el máximo representante de la Comisión decidió dar la buena nueva: se creaba el puesto del enviado especial para la promoción de la libertad religiosa o de credo fuera de la UE.
Jan Figel en un apretón de manos con el papa Francisco en Roma en 2016 (fuente: Twitter).
.@janfigel Gender ideologie is the most dangerous ideology and the main threat to human dignity. #ONEOFUS #OOUAward pic.twitter.com/EQnVjEykDS
— ONE OF US (@oneofuseu) 12 de marzo de 2016
La Comisión no ha aclarado los motivos por los que Jan Figel fue designado primer enviado especial para la promoción de la libertad religiosa y de credo fuera de la UE.
Para Julie Pernet, el verdadero problema radica en que la designación fue “a pedido del Vaticano y en presencia del Papa”. En consecuencia, el fin último del mandato se reduce a “prestar atención a la situación de las minorías cristianas del mundo”, no a todas las minorías religiosas y no religiosas. “No está escrito, pero esas han sido las prioridades de Jan Figel hasta el momento”, asegura.
Consultadas para esta investigación, fuentes de la Comisión Europea no respondieron por qué Juncker decidió poner en ese cargo a una persona cuyos ideales y acciones van muchas veces en contra de la defensa de las libertades de creencia, aunque defendieron que Figel “se ha relacionado y hablado con todas las minorías y comunidades”.
Sin embargo, las acciones de Jan Figel siguen demostrando lo contrario. El pasado 4 de junio el enviado especial compartió en Facebook (y en eslovaco) la publicación de su nuevo libro: ‘Protección del matrimonio en la Constitución de la República Eslovaca’. En él, reitera su crítica a la ‘ideología de género’, defiende la enmienda de 2014 y difunde fotos y misivas con el papa Benedicto XVI, que le da las gracias por la legislación aprobada en Eslovaquia.
La portada, con una representación de Adán y Eva ante el pecado original, deja en evidencia que sus acciones políticas tienen siempre un claro trasfondo.